Miserablemente cada vez que miro tus ojos siento el temor de mis pupilas temblando, y mis párpados moviendose con un ritmo casi perplejo. Mi corazón empieza a bombear la sangre tan fugazmente que me empiezan a resvalar palabras. Estar frente a ti es delirante, extravagante, increíble, especial, todo se torna en una locura momentánea, o quizás crónica. Empiezo a plantearme y a gozar con solo imaginar poder ser un libre caminante de tu piel, ir rozando de cariño cada rincón de tu ser.
Eres para mi, me lo ha dicho el viento...
Hace 6 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario