Contigo sentí mi primer amor, las primeras lágrimas por deseo, aprendí a querer, a abrazar, a acariciar, a amar sin obstáculos, y a dejarse llevar. Me demostraste que había muchos sentimientos que no conocía, y que cuando los conoces, la vida se hace muy distinta. Supe que era llorar tardes y tardes por alguien, poner una sonrisa aunque las lágrimas te invadan, por gustarle a alguien. Aprendí a ser celosa de cualquiera que tuviera el calor de tus brazos... Y sobretodo, a reconocer el amor de tu vida, y pensar que nadie nunca podría enamorarme de tal forma.
Pero entonces llegaste tú, y la felicidad del calor de una amistad, la convertiste en amor. Me enseñaste a dormir en tu pecho, a sentirme protegida, y entendida. A hacerme crecer y madurar. Supe reír, llorar, sin miedo. Aprendí a compartir, y a vivir una realidad mágica... y entendí que nunca sabes de quien te puedes enamorar. Me llene de ilusión y llegue a entender que los amores no se comparan, que no hay uno igual que otro, que no son ni mejores ni peores, ni más grandes ni más pequeños, simplemente son distintos.
Jamás lograría escojer uno u otro, mi corazón no dejaría de later por ningúno de los dos. Por que los amores son distintos, y no se puede escojer. Solo el tiempo, podrá llegar a decirme, cual sera eterno.
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