Tu sonrisa abraza. Entra por los ojos y inunda cada escama para llenarla de vida. Es extraño. Sorprende. Caza. Aprieta y hasta ahoga. Pero siempre acaba regalando una bocanada de aire. Entonces, sin querer, mis labios imitan los tuyos y sonríen. Y eso, me llena de felicidad de pies a cabeza.
Hace 6 años
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