Buscar el blanco donde dejarme llevar y encontrarme.
Reír.
Volver a sonreírme.
Volver a disfrutar.
Correr.
Viajar.
Conocer.
Sentarme todas las noches bajo la luz de la luna abrazando una cerveza.
Y luego volver en bici.
Sentir la música en mis oídos.
Soñar.
Quedar en el carril contrario.
(...)
Entonces tu.
Quería volver a verte.
Un abrazo.
La sonrisa sincera de aquel primer día.
El paso que no di.
Y correr.
Lo que surja.
Sin miedo.
Arriesgando.
Pero siempre disfrutando de todo.
No volver a él.
(...)
Y entonces las piedras se hicieron más grandes por el camino.
Quería volver a ver esa sonrisa cada día.
Quería volver a abrazarte.
Quería no quererlo.
Huía otra vez.
Huía de los jodidos sentimientos que distorsionan el plan perfecto.
Empecé a jugar con tropiezos antiguos.
Y acabé por mirarme en el espejo.
Con el miedo en el cuerpo y esa rabia de no poder ser lo que siento.
Otra vez huír?
No.
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