viernes, 26 de junio de 2009

Como si un suspiro se hubiese llevado una estrella del cielo. Como si el aire le hubiese robado el alma. Tan distinto, crujían sus manos entre guantes blancos, de dolor. La mirada se le fundió, sus ojos parpadearon por ultima vez, y el corazón se paro. La sangre dejó de fluir entre sus venas, y el amor, le dejo de lado. Aquel ritmo se quedó grabado en la música, y en su voz, que ahora ya no acompañaba aquel cuerpo. Marchito y sincero, sus pies ya no volverán a moverse a ese ritmo. Mis sentidos no disfrutaran de la gloria de verle en directo, de oírle, de sentirle. Aquellos años demacrados se han esfumado para no volver jamás. Los Ángeles, ahora le aguardarán.


Homenaje a Micheal Jackson

jueves, 25 de junio de 2009

Ahora que te pierdo sin tenerte, sin reproches, es más fácil odiarte o pensarse si valió la pena. Despreciar el hoy, por un intento fallido de volver al mañana. Las promesas ya no existen, y tu voz entregada se esfuma cuando tu mirada pierde la credibilidad. Cuando las dudas te invaden, cuando te engañas y me engañas, cuando traicionas mi amor. Ahora que rehaces la verdad que quisiste convertir en mentira, y pecas sin confianza, ya no temo llorarte, ya que no lo entenderías. Ahora que matas sonrisas ajenas, no deseo compartirte, ni verte, ni quererte... Ahora que es tan improbable que quite tu olor en mi edredón, espero sentada bajo la sombra, un suspiro que me devuelva las ganas de sonreírte, y las fuerzas para poder mirarte, sin decepción. Espero un abrazo que no quiero, pero lo espero. Me guardo las ganas de gritarte tu poco valor por los que te rodean, para no hacerte pensar que mi amor ya no te protege, cuando lo necesitas. Ahora, no se como decirte que por no entenderte, no tienes que dejar que los demás no lo entiendan, y se esfume sin querer su sonrisa, simplemente para que tu logres entenderte. Que eres egoísta. Ahora quiero advertirte, de que el frío quema, si te sigue mucho tiempo...


El amar es corromper. El amar es vencer cada obstáculo. El amar es sonreír cuando el cuerpo se hace trizas desbalijando cada rincón de su vida. El amar es ser sirena y quemar el agua en la que nadas. El amar es perder la noción del tiempo cuando se trata de esperar un beso. El amar es desesperarse por expresar una simple palabra, para un único oído. El amar es necesidad, rencor, y locura. El amar es devoción por una pestaña, por un dedo, por una simple célula de ese ser.

martes, 23 de junio de 2009

Tengo mucho miedo a no mentirme. No quiero dejar escapar mis sentimientos, y que me enreden en un va y ven continuo. No voy a perderme amando y soñando como aquella vez, no voy a convertirme en una esclava de sus besos, ni voy a dejarme tener dependencia de él. Las cosas son diferentes, y eso me alegra, me crea un sospechable deseo de seguir, con la escusa, de que ahora soy más "strong".


arriesgar...
Perdida a dos ojos, a dos bandas. Perdida entre dos senderos desiertos, sin saber por cual abanzar y cual dejar atrás.

domingo, 21 de junio de 2009

Regalando un atardecer cometí una insensatez. Entre palabras, no logré escuchar la voz del silencio, acallando mis valenturientas ganas de encontrar una respuesta. La respuesta, la tenía un alma desbocada, infinitamente dulce, a la que le recuerdo un sabor amargo. En mi búsqueda al firmamento, encontré lo más preciado, y entonces me reafirme, que mi culebrón no ha finalizado, ni piensa hacerlo en un largo plazo de tiempo. El destino juega a engañarme, y es difícil predecir lo que esta escrito en él.

jueves, 18 de junio de 2009

Si con lo único que disfruto plenamente, es haciendo fotografías, es porqué me dejan plasmar el instante y guardarlo junto a mi para siempre. Para mi, eso significa inmortalizar en un hoy, un ayer que ya no volverá. Significa retener por mas tiempo aquella chispa de ese momento concreto, con esa pureza. Quiere decir, observar mil veces aquella belleza de aquel instante. Poder volver algo cualquiera, en algo especial, algo que puedes mirar constantemente hasta saciarte, y realmente valorarlo tal y como es. La fotografía para mi, es todo aquello que me rodea. Para mi, la vida, esta echa de fotografías, y la felicidad se basa en saberlas escoger.

miércoles, 17 de junio de 2009

Los largos años que aquella alma perdida llevaba esperando un reencuentro habían perdido el sentido. Tenía 16 años, y gozaba de una vida común a las demás (o eso creía). Hacía ya tres años, que el amor de su vida había impactado en su forma de ser, y le había llevado a sentir felicidad, llantos, alegrías, decepciones, y una historia digna de ser contada. Todo transcurrió un verano, el del 2008, donde quizás ella había aprendido a vivir. El amor fue corto, pero el olvido interminable. Después de dos años, ella quizás ya no recordaba o había preferido no hacerlo, que el había sido tanto en su vida. Lo seguía viendo cada día, pero hacía largos meses que ya ni se cruzaban una palabra. La última vez que se habían hablado fue por una discusión sobre el café, el que paseaba por allí, intervino en la conversación que mantenía ella con sus amigas, y añadió que el café, no cambiaba de sabor aunque el tiempo quisiera hacerlo. Mentirse para ella era simple, pero aunque quisiera, de vía tener claro que en el fondo de su ser, aún había un rincón que perdía los estribos al verle. Pero al volverse algo monótono, dejo de darle importancia. A aquella vida le faltaba ilusión.
El 25 de Agosto, ella devió acordarse que habían pasado tres años desde que estaba con él. Se sentía confusa, porque aquel amor no le había dado de que pensar durante mucho tiempo. Salió con la idea en la cabeza de que seguía amándolo, y en una de esas casualidades que corrompen la realidad, apareció entre las calles, él. Se cruzaron, se miraron, y andaron hacía la misma dirección. Ella quería hablarle, ni que simplemente fuera saludarle, pero la voz se le acortaba. Se había olvidado de andar con los nervios, y a él parecía haberle dado un tic en las manos, que no paraba de metérselas en los bolsillos y sacarlas. Eran las 8, y ella acababa de dejar a su amiga en su portal, y se dirigía al autobús. Él, no se donde exactamente quería ir, pero justo cuando pasaba por delante de la estación de bus, se le acercó y le dijo un que tal, muy dulce. Se enzarzaron ha hablar, y sin saber porqué, cuando se vieron, ya estaban andando hacía la playa, y poco más, tumbados en la arena, mirando las estrellas. Aquella noche, ella no durmió en casa, durmió con él. Se sentían tan bien, que el amor les había adormecido con tanto sentimiento. Y pasaron una noche, realmente romántica. Se amaban. A la mañana siguiente, ni la luna, ni el cielo oscuro ni las estrellas seguían con ellos, pero lo peor no fue eso, lo peor fue que él tampoco seguía ahí. En una noche, le había cambiado la vida, pero no todo lo que ella se imaginaba. Fue a buscarle a casa, y no respondió nadie al timbre. Le llamo, le mando mensajes, cartas, y durante los siguientes años intentó saber de él. El mar solía abrazarle las noches que se sentía sola y melancólica, y los días, en compañía de sus amigas se fueron volviendo del mismo sabor aunque el tiempo quisiera cambiarlos, como el café.
Ella esperaba entre calles, aquella alma que la corrompía. Él apareció en la hora exacta en la que habían quedado, y la saludó con una sonrisa. Andaron, hasta llegar a la playa, y ella propuso sentarse en la arena. Así fue, como se sentaron en aquella playa del atardecer, dispuestos a negociar. Empezaron hablando de temas sin importancia, pero poco a poco la transcendencia de las palabras iba en aumento. Ella estaba dejándole el listón muy alto, para aquel chico tan indeciso, y realmente, cada segundo le resultaba más complicado no acercarse a su sonrisa. No dejaban de reír, y entre sonrisa y sonrisa se escondía una mirada dulce y tierna. Cuando pasó media hora, surgió el tema... Y sin darse cuenta, se quedaron a mil·limetros uno del otro. Ella no dudó en decirle, que porque no le daba la oportunidad. Él se la quedó mirando fijamente, y empezó a mover lentamente sus labios acercándolos más y más. El mismo instante en que se rozaron, surgió la chispa. Se besaron. Siguieron hablando de lo que había sucedido, y fueron a buscar algo de cenar, que traerse a la playa. Cenaron en la playa, entre carcajadas y besos. Y a la hora prevista, se despidieron con un gran beso. Aquel día ella había conseguido aquello por lo que tanto había luchado, él consiguió luchar contra si mismo.

martes, 16 de junio de 2009

Sé que no eres tú, ni soy yo. Que después de cada tarde arropada por tus brazos, sentiré como se desprende tu calor y el frío me entristece. Puede que te entienda, y que ahora mas que nunca, no sepa encontrar la explicación a lo que intento conseguir. Echarte de mi vida, no es difícil, es imposible. Cada esquina guarda un beso que me enloquece. El amor corre en mis venas, y no amarte, me cuesta la vida. Te deseo cada mil·lesima de segundo, pero lucho por no hacerlo, y por alejarme de ti. Me da miedo perderte, pero es que si no me arriesgo a perderte, perdiendo el amor que te tengo, puedo llegar a perderme, sin querer.

Solo es un infierno sostenido por el miedo a equivocarnos

martes, 9 de junio de 2009

Mi felicidad se esfuma a tu lado, y no se como amarrarla a mi.

lunes, 8 de junio de 2009

En su cabeza rondaba una simple y concreta pregunta (irónicamente hablando) -¿Qué, cómo, cuando, quien, donde y porqué?- pero lo cierto, era que nadie le había logrado responder algo tan complejo. Las respuestas se escondían tras cada paso acertado o en falso que diera. La conclusión era, que aquel que tuviera las respuestas, sabría hacerla feliz...

domingo, 7 de junio de 2009

En general, le empezaba a dar igual que creyeran. Sentía esas tremendas ganas de salir corriendo y buscar un nuevo mundo donde anclar su barca, junto a todos sus sentimientos, y empezar un camino nuevo. Pero por otra parte, tocaba de pies al suelo, y sabía que lo que tocaba ahora, era buscar una buena estrategia para ocultar lo que ya sabía.

miércoles, 3 de junio de 2009

Las cenizas quemadas caían cronometradas unas detrás de otras, desprendiéndose constantemente del cigarrillo. Lo sujetaba sus manos secas, amargas, o tal vez agridulces. Su mirada penetraba la mía y mi alma se desvanecía. Ciertamente no sabría decir si por carga de conciencia, por cariño, por traición, por pena o simplemente por odio. Yo me esforzaba en relatar lo poco que soportaba que me mirara así. Pero mi interior, reconocía en secreto, que yo aún guardaba el cariño que nos unió algún día. En el fondo echaba de menos charlar con ella, y eso me hacía odiarla más y más. Me había jodido bastante. Era practicamente imposible no sentir aquella rabia fluyendo en mí, pero lo más difícil aún, era cuando me planteaba si no era odio, sino cariño. Sus miradas ardían en mi interior, y no tenía nada que decirle al rencor.

(Uno de los textos que hice mientras no tenía Internet)
Sols escollir allò que creus que es més fácil o més correcte, m'entres jo escolleixo allò que em ve mes de gust. Surts al carrer observant el mòn de color blau, m'entres jo el veig marrò. Somrius, quan creus que l'ocasiò ho mereix, i jo ho faig quan penso que no ho mereix. Vius pensant en el que tens i no vols, i jo visc pensant en el que no tinc i vull, es a dir, tú.

martes, 2 de junio de 2009

Sentirse aparte, sentirse ausente. Invisible en cada suspiro, con las ansias de querer gritar y que nadie te oiga. Bagando en su presencia, frente a un sentimiento, y no llegarle. Intentar hacer aquello más oportuno, y más perfecto, y conseguir algo totalmente imperfecto. Querer, amar, soñar. Sentirse el nudo aparte, del lazo que forman vuestras manos, y del que no puedo salir.

Blog Archive