Aquella borracha situación empezó a ser morbosa. Ella volcó la botella de vino y le dijo:
-De aquí no te mueves hasta que no me queden las cosas claras.Realmente ella sabía que no quería tener las cosas claras, sino tenerle a él. Él se agachó con amargura y se sentó con resignación.
-Empezamos entonces... - sugirió él.
-Te quiero.- Aclaró ella sin miedo.
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