miércoles, 10 de marzo de 2010

Tú mirada se acerca, poquito a poco, como una nube deslizándose por el cielo. Tus ojos me miran, y la luz que llevan dentro me ciega. Tus labios se acercan, al ritmo de mi corazón, y paso mis brazos por encima tus hombros. En ese pequeño instante, no pienso que hago, lo hago sin más. Siento que estas aquí, tan cerca de mi, que eres mío. Tu olor, tus besos, tus ojos, tu voz, tu pelo, tu piel, tus pecas... todo es mío entonces. Me creas un nudo en el estomago. Y sin querer, te quiero.

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