jueves, 29 de abril de 2010

En mi infancia siempre me plantee una pregunta. Una de esas que solo la inocencia de un crío, puede despertar la inteligencia de la simplicidad. "¿Cómo es la nada?" me preguntaba. Según tenia entendido, la nada no tenía ningún color, y en mi cabeza no podía evitar imaginarla de color blanco. Pero blanca o negra seguiría siendo de color. La nada no podía ser tan simple, la nada tenia que ser nada, y por mucho que me esforzaba, mi cabeza no estaba educada para imaginarla. 
Han pasado los años y sigo sin poder imaginar en mi cabeza la nada. Poco a poco entiendo, que esa nada, no es más que el vacío de un sentimiento, la falta de algo. La nada total, no existe. Es una mentira más del océano.

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