lunes, 23 de marzo de 2009

Ella sabía, quien formaba parte de sus pensamientos y de sus sentimientos. Amaba los rincones del ser que formo parte de su vida, medio año atrás. Y ahora, que no podía querer a nadie más, anhelaba tener al que había dejado, por culpa de su recuerdo hacia su amado. Sabía muy bien, que quererle, era posible, pero más que al amor de su vida algo bastante improbable. Que aunque el otro no le correspondiera, si intentaba estar con él, seguiría llorando en silencio por ese amor eterno. La indecisión y las contradicciones volvían loca a su corazón. Lo veía pasear, y se moría por recaer en sus brazos, pero el miedo del dolor la podía. No podía hacer como siempre, y arriesgarse a estar con él y seguir pensando en otro amor no correspondido. No podía hacerle eso, porque en el fondo de su ser, aunque no le quisiera de la misma forma, le quería. Y cada vez que sus ojos pasaban por delante los suyos, el corazón le latía fuertemente, dándose por aludido, y arrepentido, de perder amores como ese, por otro que no la valoraba.

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